Llegamos al parque de mañana y ya había cola en las cuatro cabinas de entrada. Los gorilas, eran los únicos que estaban cerrados totalmente, en un escaparate gigante , una familia de tres, la pareja de adultos y la cría.
Salimos del parque para comer en el pueblo de Cabárceno, muy bien adaptado, con dos mesones y un restaurante amplio.Mucho calor.La tarde continúa con el resto del recorrido,hasta llegar a los reptiles en la ENTRADA-SALIDA.
Al salir de Cabárceno, parada en Santillana, de origen medieval,mantenido en perfectas condiciones. Recorrido de ida y vuelta con un alto para tomar algo y descansar.
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Hace 1 semana
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